Es una bonita excursión para conocer la otra cara de Adjara. Khulo se encuentra alejado del ruido de las ciudades del litoral, en la zona montañosa del interior. Es un pequeño pueblo que se distingue por sus paisajes, su tranquilidad y su pasado. Fruto de los 300 años de dominación otomana en la región, en esta zona todavía hay una fuerte comunidad georgiana que profesa el Islam y que convive en armonía con sus vecinos cristianos. El sitio es bastante inaccesible, por una carretera que no está asfaltada en algunos tramos, pero con marshrutkas que la conectan con Batumi (2 horas y media) y cuando las condiciones climáticas lo permiten, también con Akhaltsikhe. Está rodeada de pueblitos pintorescos y son pocos los turistas que se aventuran hasta aquí, pese a que dispone de su propia oficina de turismo.