El cañon de Debed
Durante milenios las enfurecidas aguas del río Debed se han abierto paso entre apretadas montañas y poco a poco han formado una de las maravillas naturales del país en forma de un cañón de siete kilómetros de longitud y cientos de metros de altura. Por si fuera poco, el hombre ha creado auténticas obras de arte de la arquitectura militar y religiosa que han convertido a esta zona en uno de los grandes reclamos turísticos del norte del país. Junto con Echmiadzin, posee la más alta concentración de monumentos Patrimonio de la Humanidad y pocos lugares pueden competir en cuanto a herencia histórica y paisajística.
El punto discordante lo impone la colosal fábrica de cobre de Alaverdi, que durante la época de dominación zarista llegó a suministrar un cuarto de todo el mineral necesario en el Imperio ruso y aún hoy mantiene unos elevados índices de producción. La brecha abierta por las fuerzas de la naturaleza ha sido utilizada por el hombre para construir una de las carreteras más transitadas –y peor conservadas–, que conecta Irán con Georgia y Rusia, y la única línea de ferrocarril internacional que continúa activa después de la guerra por el control de Nagorno Karabakh y que tiene como destino final la capital georgiana. La principal localidad de la zona es Alaverdi. Esta pequeña ciudad posee las mejores conexiones de transporte, algún que otro restaurante y B&B. Los mejores hoteles de la zona, como el Avan Dzoraget y el Qefo, están en pueblitos próximos.
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